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jueves, 12 de agosto de 2010

Germinando...




Los germinados son brotes llenos de vitalidad. Su excepcional cantidad de nutrientes los hace indispensables en una dieta sana, además de aportar su sabor a numerosos platos.

Cuando un grano de cualquier cereal o leguminosa cuenta con el agua, oxígeno y calor suficientes germina. Una vez germinados son más nutritivos y fáciles de digerir. Las semillas así tratadas se incluyen en la dieta porque permiten vivir más años y hacerlo con buena salud.En su valor nutritivo se parecen a las frutas y verduras, ya que, al igual que éstas, contienen gran cantidad de vitaminas -en especial A, B, C, E y K-, minerales, enzimas y clorofila. El germinado de trigo, por ejemplo, contiene hasta seis veces más vitamina B que la semilla, y en la soja la vitamina C no aparece hasta que no se ha producido la germinación.

También resultan muy atractivos si se mira su contenido en azúcares simples, que aportan energía y se asimilan fácilmente. El contenido en aminoácidos también se incrementa entre un 10% y un 30%, y lo mismo sucede con el hierro asimilable. Esta composición, hace que resulten idóneos para estimular los procesos digestivos.

Aportan muy pocas calorías, por lo que resultan de utilidad en regímenes para controlar el peso (los brotes de soja, por ejemplo, aportan tan solo 30 calorías por cada 100 gramos). Su consumo se recomienda en casos de anemia (por su riqueza en clorofila, que posee efectos antianémicos, según algunos estudios) y también para personas con el estómago delicado (las hay que no toleran legumbres cocinadas pero que sí sus germinados). Además, resultan sencillos de preparar, se comen tal cual, crudos en ensalada, salteados, en tortillas o formando parte de diversos platos cocinados, en cuyo caso se recomienda añadirlos al final para que no pierdan sus propiedades.
Germinando semillas, germinando conciencia, germinando armonia, vida....

miércoles, 7 de julio de 2010





PiEnSa CoMo CoMes


El hombre moderno se enorgullece de su «evolución» desde hombre de las cavernas a viajero del espacio, y contempla desdeñosamente su pasado primitivo. En lo que atañe a la dieta, empero, la especie humana ha experimentado una marcada «des-evolución» o degeneración de sus hábitos alimentarios, una degeneración instigada por el tan cacareado advenimiento de la civilización, acontecimiento que ha creado una separación permanente entre el hombre y la naturaleza. · Coma con moderación y disfrutará de una vida larga y saludable. La medida taoísta básica consiste en comer hasta sentirse lleno en un 70 u 80 por ciento. La Madre Naturaleza castiga invariablemente a los glotones con toda suerte de desgracias. El cuerpo humano es sencilla- mente incapaz de aprovechar las enormes cantidades y complejas combinaciones de comida con que el hombre civilizado y sedentario tiende a atiborrarse cada día. · Mastique bien la comida antes de ingerirla. Esto se aplica sobre todo a los hidratos de carbono, que necesitan ser previamente digeridos por la ptialina, una enzima alcalina que se encuentra en la saliva. El consejo de Gandhi a este respecto tiene ecos de sabiduría taoísta: «Bebe tu comida y mastica tus bebidas», lo cual quiere decir que los alimentos sólidos deben masticarse hasta que adquieran una consistencia líquida antes de ser tragados, mientras que los líquidos deben ser ingeridos tan lentamente como los alimentos sólidos. · Evite los alimentos y bebidas cuya temperatura sea extremadamente fría o caliente. Una sopa excesivamente caliente, por ejemplo, irrita la delicada mucosa del paladar y del esófago, lo cual perjudica la salivación y la peristalsis. Uno de los peores crímenes digestivos es el de beber durante las comidas agua con hielo u otros líquidos helados. Tales bebidas frías, al llegar a un estómago lleno de comida, provocan el cierre por contracción de los minúsculos conductos que secretan los jugos gástricos, con lo que interrumpen la digestión y desencadenan la putrefacción y la fermentación del bolo alimenticio. Cuando la temperatura del estómago se normaliza de nuevo, ya es demasiado tarde para iniciar una digestión correcta. De hecho, cualquier bebida que se ingiera en grandes cantidades junto con la comida diluye los jugos gástricos y dificulta la digestión. El vino y la cerveza, empero, constituyen excepciones a esta regla, porque son bebidas fermentadas (es decir, predigeridas) que, al ser tomadas en cantidad moderada, contribuyen a facilitar la digestión. Incluso la Biblia aconseja «tomar un poco de vino por el bien del estómago».
consejitos del TAO

martes, 6 de julio de 2010

Comidas vegetarianas y caseras!






Milanesas de garbanzos, arvejas, lentejas, berenjenas y zapallo.
$8 la bandeja de 4 unidades





Tartas de harina integral y semillas individuales de
Calabaza y queso
Zapallito, zanahoria, cebolla y morron.
Choclo, cebolla de verdeo, morron y queso
Tomate albahaca y queso.
Acelaga, espinaca, cebolla y queso.
Remolacha, huevo duro y puerro.







$10 cualquier combinación, $2 adicional salsa blanca.



Budines caseros de naranja, limon, marmolada (vainilla y choco) y chocolate.





$14 grandes
$ 7 chicos
cualquier sabor.